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El amanecer llanero del 12 de noviembre iluminó los pasillos del Hospital Regional de la Orinoquia con un brillo distinto. No era un día cualquiera. Desde muy temprano, madres y padres llegaron cargando no solo a sus hijos, sino también sus sueños, sus miedos y esa esperanza silenciosa que nace cuando la vida ofrece una segunda oportunidad.
Nosotros, estudiantes de Fonoaudiología de la Universidad de Santander (UDES), llegamos con el corazón acelerado y las manos inquietas, conscientes de que estábamos a punto de vivir algo que trascendería cualquier libro, clase o examen.

La Fundación Dibujando Alegría nos había convocado a una misión que, más que una jornada quirúrgica, se convertiría en una lección de humanidad.
Las horas transcurrieron entre valoraciones, preguntas, historias y miradas que decían más que cualquier diagnóstico. Cada niño o adulto con labio o paladar hendido traía consigo un mundo: el silencio de quien aún no puede pronunciar lo que piensa, la dificultad para alimentarse o el anhelo de una familia que solo quiere verlo crecer sin barreras. Allí entendimos que la voz, la deglución y el lenguaje no son simples funciones; son ventanas a la dignidad y al encuentro con los otros.
Guiados por nuestra docente, Martha Cecilia Gómez Landazábal, y acompañados de un gran equipo de profesionales médicos, cirujanos, anestesiólogos, enfermeros, instrumentadores y odontólogos, descubrimos lo que significa trabajar verdaderamente en conjunto.
Sus saberes y los nuestros encajaban como piezas de un rompecabezas: lo que ellos reconstruían en el quirófano, nosotros lo acompañábamos en el despertar del lenguaje, en la seguridad al tragar y en la preparación para el regreso a casa.

Cada cirugía era un punto de partida, no un final. Después del bisturí llegaba nuestro turno: enseñar a las familias cómo proteger la herida, cómo reintroducir los alimentos y cómo estimular sonidos que tal vez nunca habían sido pronunciados. Algunos padres lloraban al escuchar, por primera vez, una vocal que llevaba meses atrapada. Algunas madres temblaban al ofrecer la primera cucharadita, temerosas pero valientes.
Y sí, estaban las cifras: decenas de consultas, terapias y orientaciones. Pero pronto comprendimos que los números no podían contener lo esencial: la sonrisa de un niño que descubre que puede alimentarse sin dolor; el abrazo interminable de una madre agradecida; la mirada emocionada de un padre que, por primera vez, siente que el camino será un poco más amable.
Los médicos y cirujanos también salían transformados. Uno de ellos comentó que, aunque la cirugía les mostraba el inicio, era en nuestro acompañamiento donde entendían el verdadero impacto de su trabajo.
“La reparación física es solo el primer paso —dijo—. Ustedes nos enseñaron que la verdadera recuperación se mide cuando el niño logra comunicarse, comer, jugar y vivir sin miedo”.
Entre los rostros que pasaron por nuestras manos hubo historias que se quedaron en el corazón. Una de ellas fue la de dos hermanos provenientes del Vaupés, pertenecientes a un grupo indígena que había viajado días para llegar hasta Yopal.
La menor, con labio fisurado, observaba todo con una mezcla de curiosidad y timidez. Su hermano mayor la acompañaba como un pequeño guardián, hablando por ella cuando el miedo la hacía callar. Verlos allí, tan lejos de su territorio y confiando en un hospital desconocido, fue un recordatorio poderoso de que la salud también es un puente entre culturas, un acto de encuentro y de respeto.
También conocimos a un bebé de apenas ocho meses, tan pequeño que parecía perderse entre las sábanas. Era increíble observar cómo, después de la cirugía, un simple gesto —como intentar succionar— se convertía en un acto de valentía. Su sonrisa todavía hinchada, todavía nueva, nos enseñó que a veces el cambio más grande cabe en el cuerpo más pequeño.

Pero no todos eran niños. También llegaron adultos con historias escritas en cicatrices. Recordamos especialmente a un hombre de 29 años que había pasado por más de diez cirugías desde que tenía solo seis meses.
Su voz era serena pero cargada de cansancio. Sin embargo, cuando recibió la noticia de que esta podría ser su última intervención, sus ojos se llenaron de un alivio indescriptible. Para él, cada cirugía era un capítulo más en la búsqueda de una vida sin estigmas, sin miradas incómodas y sin explicaciones constantes.
Y apareció también la historia de un joven que, a pocos meses de casarse, buscaba algo más que una corrección estética: quería recuperar la seguridad que un día perdió frente al espejo. Su emoción al imaginarse caminando hacia el altar sin temor, con la frente en alto, nos recordó que la fonoaudiología y la cirugía también pueden ser actos de amor propio, puertas hacia una autoestima renovada.

Al terminar la jornada estábamos exhaustos. Pero era un cansancio dulce, de esos que solo llegan cuando se ha entregado el alma. Caminamos hacia la salida sabiendo que ya no éramos los mismos. Habíamos visto la vulnerabilidad, la resistencia, la ternura, el dolor y la esperanza mezcladas en una semana que quedaría grabada para siempre.
“Dibujando Alegría” no fue solo una fundación. Fue una experiencia que nos mostró que la fonoaudiología es, ante todo, un acto de humanidad: un puente entre la ciencia y el corazón. Entendimos que acompañar a un niño a pronunciar su primera sílaba o a tomar su primer sorbo después de una cirugía es, en realidad, acompañarlo a recuperar su lugar en el mundo.
Aquella semana comprendimos que la alegría no se fabrica con herramientas ni se traza con precisión; nace del tiempo que damos, de la escucha genuina, de la empatía que ofrecemos y de ese impulso profundo de hacer del mundo un lugar más cálido y luminoso.
Escrito por: Edwin Alberto Carvajal Rodríguez y Oscar Javier Valencia Barrera
En las salas de cirugía de la antigua Clínica Comuneros comenzó una historia profesional que luego trascendería fronteras. Allí trabajó durante diez años Bertha Yamile Montagut Ortega, graduada de Instrumentación Quirúrgica de la Universidad de Santander, etapa en la que descubrió una inquietud que transformaría su rumbo: observar el quirófano como un escenario donde también convergen decisiones de negocio.
“Veía el quirófano como un mundo de negocios, por eso quise prepararme para explorar esta área”, recuerda.
Mientras asistía cirugías, estudió mercadeo. Ese paso le abrió el camino hacia cargos comerciales en empresas colombianas de dispositivos médicos, hasta llegar a la Gerencia Comercial y contribuir al crecimiento de una compañía del sector.

Su desempeño la llevó a ser contratada por la multinacional que representaban, donde hace ocho años asumió el cargo de Latin America Manager. “Empecé a orientar ventas y proyectos con distribuidores en siete países y hoy manejo una red sólida en 14 naciones latinoamericanas”, destaca.
El reto de conducir estrategias en una región tan diversa requiere comprender múltiples realidades. “El mayor reto es adaptar estrategias comerciales y de mercadeo a los desafíos que presenta el mercado de dispositivos médicos en Latinoamérica”, explica.
Diferencias regulatorias, culturales, económicas y políticas hacen que cada país demande una lectura particular.
Para la profesional, su formación en la UDES ha sido determinante en este crecimiento. Los fundamentos adquiridos en Instrumentación Quirúrgica se convirtieron en una ventaja en el ámbito empresarial.
“La base donde nos enseñaban a ir dos pasos adelante del cirujano me formó para visualizar y preparar el futuro. Eso lo aplico hoy en los negocios”, afirma. El entendimiento del entorno quirúrgico, la anatomía y los dispositivos médicos le permite diseñar estrategias precisas y ofrecer entrenamientos con conocimiento profundo del contexto.

Su mensaje para quienes aspiran a liderar en la industria hospitalaria es directo: “Formación y empatía”. Considera que el aprendizaje continuo impulsa el pensamiento estratégico, mientras que la capacidad de conectarse con otros permite construir relaciones comerciales sólidas. “Cuando logramos identificarnos con quienes interactuamos, se logran mejores resultados”, asegura.
El futuro de la industria, admite, está marcado por la innovación acelerada. “En esta industria quien no se renueva, no sobrevive”, afirma. Por eso, su enfoque está en anticipar tendencias, impulsar la diversificación y fortalecer la capacidad de respuesta ante un mercado que evoluciona sin pausa.

La trayectoria de Bertha Yamile Montagut Ortega refleja cómo la visión adquirida en el quirófano puede convertirse en una plataforma para el liderazgo empresarial en toda una región.
Estudiantes de Administración de Negocios Internacionales de la Universidad de Santander realizaron una misión académica en Bogotá, una iniciativa diseñada para fortalecer sus competencias profesionales y acercarlos a escenarios reales donde se desarrollan dinámicas clave del comercio, la economía, la diplomacia y la gestión empresarial.
Esta actividad formativa tuvo como propósito complementar los aprendizajes del aula con experiencias directas que permitan comprender, de manera práctica, cómo operan las instituciones que influyen en el entorno económico y empresarial del país.
La misión fue, además, un espacio valioso para fomentar el pensamiento crítico, ampliar la visión internacional y promover el interés por la proyección profesional en distintos sectores.
Durante el recorrido, los estudiantes visitaron entidades estratégicas como el Ministerio de Industria, Comercio y Turismo; la Embajada de Indonesia; el Banco de la República; y la planta de producción de Bimbo.

En cada uno de estos espacios, tuvieron la oportunidad de recibir charlas especializadas, interactuar con profesionales del sector y conocer procesos internos que resultan fundamentales para la competitividad económica y la inserción de Colombia en los mercados globales.
En el Ministerio de Industria, Comercio y Turismo, los estudiantes profundizaron en políticas públicas orientadas al fortalecimiento empresarial y a la promoción del comercio exterior.
En la Embajada de Indonesia, comprendieron la importancia de las relaciones diplomáticas, la cooperación internacional y los acuerdos que facilitan los intercambios bilaterales.
La visita al Banco de la República les permitió explorar los mecanismos que sustentan la estabilidad financiera del país, así como el impacto de la política monetaria en el desarrollo económico.
Finalmente, en la planta de Bimbo conocieron de primera mano procesos de producción, logística, innovación y sostenibilidad aplicados en una empresa líder del sector alimentario a nivel mundial.
Esta misión académica no solo amplió el horizonte profesional de los participantes, sino que también reafirmó el compromiso del programa con la formación integral, la internacionalización y el fortalecimiento de competencias esenciales para enfrentar los retos del entorno global.
El pasado miércoles 12 de noviembre de 2025, en las instalaciones de la Universidad de La Salle en Bogotá, se llevó a cabo la ceremonia de reconocimiento en el marco del VII Encuentro Nacional de la Red CIESD y del Primer Encuentro Nacional de Rectores y Directivos por la Educación Superior Inclusiva.
En este escenario, la Universidad de Santander (UDES) fue destacada como una institución que inspira al país por su liderazgo en la Red Colombiana de Instituciones de Educación Superior para la Discapacidad (Red CIESD).
A su vez, el Programa de Acompañamiento para el Ingreso y Permanencia Estudiantil (PAIPE) recibió un Reconocimiento y Exaltación Nacional por su labor en la permanencia estudiantil, el acompañamiento integral y la promoción de una educación superior inclusiva en Colombia.
La exaltación fue recibida por Silvia Juliana Suescún Garcés, directora de PAIPE y Desarrollo Estudiantil.

Este reconocimiento fue otorgado por la Red CIESD, en conjunto con el Ministerio de Educación Nacional, el Ministerio de Igualdad y Equidad, el MinTIC y la Fundación Saldarriaga Concha.
Durante el acto, las entidades resaltaron el “sobresaliente liderazgo del Programa PAIPE y su contribución a la permanencia estudiantil”, subrayando el impacto de la estrategia PermaneSer en el progreso, la continuidad y el éxito académico de los estudiantes UDES.
Asimismo, destacaron que este modelo se ha consolidado como un referente nacional para el fortalecimiento de la Educación Superior Inclusiva. En el evento también se presentó un póster sobre la experiencia de formación profesoral UDES, en la ruta formativa Inclusión, Ciudadanía y Diversidad, durante el periodo 2024 y 2025-A.
En este proceso se capacitaron más de 600 profesores multicampus.
El póster fue elaborado por la profesora María Isabel Pinzón Ochoa, coordinadora nacional de la Red CIESD; María Constanza Villamizar García, del programa de Fisioterapia; y Silvia Juliana Rueda Pardo, directora de Desarrollo Profesoral.
Este reconocimiento reafirma a la Universidad de Santander como una Institución comprometida con la permanencia y la equidad educativa, capaz de generar oportunidades reales para garantizar el acceso, el avance y la graduación de todos sus estudiantes, sin distinción.
Más de 162 personas con discapacidad y sus cuidadores primarios de las fundaciones Progresa y Pintando Huellas han sido beneficiadas durante el 2025 por el proyecto “Fomento de Hábitos de Vida Saludable para Personas con Discapacidad y sus Cuidadores Primarios”, una iniciativa desarrollada por la Universidad de Santander (UDES) en alianza con la Alcaldía de Bucaramanga y la Secretaría de Desarrollo Social.

Esta estrategia es liderada por los programas de Fisioterapia, Instrumentación Quirúrgica, Terapia Ocupacional y Fonoaudiología, y está orientado a mejorar la calidad de vida de los participantes mediante acciones integrales de promoción de la salud.

Las actividades incluyen ejercicio físico adaptado, talleres de alimentación equilibrada, manejo del estrés, fortalecimiento de la salud mental y prácticas de autocuidado.
Para facilitar el aprendizaje, el equipo docente incorpora herramientas pedagógicas como títeres, dramatizaciones, canciones y videos, que ayudan a reforzar los contenidos tanto en el aula como en el entorno familiar.

Además, el programa realiza sesiones de psicoeducación para cuidadores, enfocadas en la organización de rutinas, la comunicación asertiva, la higiene de manos y las posturas adecuadas, con el fin de prevenir el síndrome del cuidador y promover su bienestar emocional.

La estrategia responde a la necesidad de disminuir barreras físicas y sociales, aportando a la inclusión y al desarrollo integral de la población beneficiaria. “Nuestro propósito es empoderar a los participantes para que adopten un estilo de vida más activo y saludable”, destaca el equipo académico que lidera la iniciativa.
El Salón de Artes de Bienestar Institucional de la Universidad de Santander (UDES) fue el escenario de la exposición ‘Paratextos: apuntes artísticos sobre la otredad’, del artista plástico John Freddy Calderón Ortiz, ganador de la Beca de Circulación en Artes Plásticas 2025, otorgada por la Alcaldía de Bucaramanga y el Instituto Municipal de Cultura.
John Freddy Calderón, artista de Bucaramanga y maestro de artes plásticas en un colegio público de Floridablanca, explicó que su propuesta se enmarcó en un proyecto de ciudad:
“Todo el proyecto gira en torno a los procesos coloniales que se desarrollaron en diferentes lugares del mundo; en mi caso particular, abordo el tema colonial desde la ciudad de Bucaramanga y sus alrededores, básicamente el área metropolitana”.

La exposición, titulada “Paratextos: apuntes artísticos sobre la otredad”, se construyó desde una reflexión sobre la historia, los símbolos y la vida cotidiana del territorio. Sobre la inspiración del proyecto, el artista señaló:
“Está inspirada en algunos conceptos decolonialistas, pero básicamente toda la obra gira en torno a situaciones o procesos cotidianos como los símbolos nacionales, la identidad que nosotros tenemos sobre Bucaramanga”.

La propuesta reunió diversas técnicas y soportes que dialogaron con la experiencia del artista como maestro y creador.
“La propuesta tiene diferentes medios: hay unos trípticos pictóricos que están hechos con acrílicos, con óleos, medios mixtos; hay un dibujo a gran formato que está elaborado con sellos escolares, con lápices de sanguina; hay también un tríptico de acuarela y unas tallas en madera que son unas esculturas de pequeño y mediano formato”.
Más allá de los recursos plásticos, la exposición buscó que el público revisara algunos conceptos asumidos como naturales. En palabras del artista:
“Lo que se busca con la exposición es que las personas logren hacer una reedición de algunos conceptos que para nosotros son muy comunes, como el himno nacional, siendo latinoamericanos tenemos un himno que tiene unos acordes totalmente europeos. Es básicamente una forma de repensar nuestra historia también como bumangueses”.

La realización de esta exposición en la UDES fue posible gracias al trabajo articulado con Bienestar Institucional. Óscar Humberto Bautista Ramírez, coordinador de Cultura de Bienestar Institucional, destacó el propósito formativo de estos espacios:
“En la Universidad y desde Bienestar Institucional siempre buscamos abrir, ofrecer espacios de encuentro con el arte para toda la comunidad educativa. Y estos espacios los hacemos en las diferentes líneas artísticas: música, teatro, artes visuales, danza”.

El Coordinador recordó que el arte es un componente clave de la formación integral que promueve la Universidad, en coherencia con su misión. Desde Bienestar Institucional, explicó que, se busca que los jóvenes no solo se preparen en lo académico, sino que también se vinculen con el arte.
La exposición “PARATEXTOS: apuntes artísticos sobre la otredad” se consolidó así como un ejercicio de reflexión sobre la historia, la memoria y los signos que configuran la identidad local, en coherencia con el compromiso de la UDES con la cultura y la formación integral de su comunidad.
El Programa AIRE de la Universidad de Santander (UDES), iniciativa dedicada desde 2018 a la prevención de Infecciones Respiratorias Agudas (IRA) en niños y niñas de 0 a 5 años, cerró sus actividades del semestre 2025-B con una intervención educativa en el Colegio Integrado Nuestra Señora de las Mercedes, sede B, en el municipio de Lebrija.
La jornada contó con la participación de los programas de Fisioterapia, Fonoaudiología y Licenciatura en Educación Infantil del campus Bucaramanga.
Este semestre, el Programa AIRE fortaleció su equipo con la incorporación de la profesora Jenny Martínez, el director del programa de Licenciatura en Educación Infantil, Lewis García, y estudiantes de esta licenciatura.
Su integración permitió robustecer las estrategias pedagógicas que acompañan las acciones de promoción lideradas por Fisioterapia y Fonoaudiología, articulando conocimientos en salud y educación para impactar a comunidades escolares.
La visita a Lebrija se realizó el 12 de noviembre con apoyo de la coordinadora Annie Julieth Delgado Molina y de los profesores de transición y preescolar de la institución. Allí, los estudiantes UDES desarrollaron actividades lúdicas para enseñar prácticas de higiene y hábitos preventivos frente a las infecciones respiratorias.

Estas actividades se apoyaron en Tito y Lila, personajes animados que el Programa AIRE utiliza para guiar procesos lúdicos con los niños y sus familias. Su presencia facilita la comprensión de rutinas básicas para prevenir la transmisión de virus y bacterias en espacios compartidos, como salones de clase, parques o jardines infantiles.
Para María Teresa Aguirre, profesora del Programa de Fonoaudiología, acercarse a la primera infancia es decisivo en la formación de hábitos de autocuidado.
“Educar desde edades tempranas es esencial. Cuando los niños reconocen la importancia de la higiene y el cuidado respiratorio, se empoderan de su bienestar de forma integral”, explicó.
La estudiante de Fisioterapia Alejandra Ruiz resaltó el valor pedagógico y formativo de estos escenarios:
“Es una oportunidad única para promover hábitos saludables y, al mismo tiempo, fortalecer nuestro aprendizaje comunitario”.
Los profesores anfitriones destacaron que estas iniciativas amplían los contenidos del aula y complementan la formación escolar con experiencias prácticas de salud y autocuidado.
Desde su creación, el Programa AIRE ha tenido presencia en instituciones públicas del área metropolitana de Bucaramanga, como el Instituto Empresarial Gabriela Mistral, la Escuela Normal Superior, el Colegio Roberto García Peña, entre otros.
También ha realizado actividades en la Clínica San Luis, el Centro de Salud de Los Colorados, organizaciones sociales como la Fundación Mujer y Hogar, y comunidades vulnerables de Puerto Wilches.

Según Sandra Celis, profesora de Fisioterapia y líder del programa adscrito a la Vicerrectoría de Extensión, la estrategia ha impactado a 843 personas entre niños y padres durante su ejecución, consolidándose como un referente regional en prevención de enfermedades respiratorias.
Las actividades formativas del programa buscan disminuir la incidencia de neumonía, bronconeumonía, faringitis, otitis, bronquiolitis, rinofaringitis y faringoamigdalitis. A través del juego, la interacción y el lenguaje adaptado a la primera infancia, se incentivan prácticas como el adecuado lavado de manos, la importancia de cubrirse al toser o estornudar y la ventilación de espacios.
El equipo de profesoras invita a la comunidad a seguir los contenidos educativos, recursos y actividades del programa a través de sus canales institucionales:
La apuesta por un bienestar integral y sostenible cobra fuerza en la Universidad de Santander (UDES) gracias al programa “Sembrando para el Buen Vivir”, una iniciativa que transforma espacios de formación en escenarios vivos de aprendizaje ambiental, autocuidado y trabajo colaborativo. Más que sembrar huertas, el programa siembra hábitos, valores y vínculos comunitarios que fortalecen la calidad de vida dentro y fuera del campus universitario.
El programa nació como una respuesta institucional a la necesidad de articular la formación académica con prácticas reales que fomenten la sostenibilidad. Su propósito es integrar la responsabilidad social, la seguridad alimentaria y la salud ambiental, promoviendo hábitos que fortalezcan la relación de la comunidad universitaria con su entorno.
Esta estrategia, liderada desde la Vicerrectoría de Extensión, El Departamento de Salud Pública y Bienestar Institucional, cuenta con el acompañamiento académico de Vivien Hidela Ocampo Ramírez, líder de extensionista y profesora del Departamento de Salud Pública, y con la coordinación de César Camilo Cordero Payares, profesor extensionista.

En ese sentido, el programa integra formación práctica con reflexión colectiva, lo que permite que estudiantes y profesores comprendan la sostenibilidad como un ejercicio cotidiano; así lo señaló el profesor Cordero Payares:
“Este proyecto contribuye a un modelo de universidad más cercano a las comunidades, más humano y más consciente de los desafíos ambientales que enfrentamos”, afirmó.
Este enfoque es acorde con los lineamientos de bienestar, extensión y sostenibilidad de la institución. “Es necesario que la educación superior aporte acciones reales y sostenibles”, afirma.
En su implementación, el programa desarrolla proyectos de aula donde los estudiantes aplican conocimientos en actividades prácticas, campañas de sensibilización y sobre estilos de vida saludables. Estas acciones se complementan con un seguimiento sistemático que permite fortalecer los procesos académicos y administrativos asociados al programa.

Gracias a estas dinámicas, se ha logrado una participación activa de diversos programas académicos y dependencias administrativas, generando espacios interdisciplinarios y una mayor apropiación de la cultura ambiental.
En ese sentido, el profesor extensionista destaca que esta sensibilidad se ha reflejado incluso en iniciativas espontáneas surgidas desde el estudiantado:
“Hemos visto propuestas de estudiantes que quieren aportar al cuidado del campus y al bienestar colectivo”.
El programa también se integra de manera directa con los proyectos de extensión de la Universidad, lo que facilita que los estudiantes vinculen sus saberes con retos reales del territorio. Este componente permite desarrollar competencias en liderazgo, pensamiento crítico, responsabilidad social y trabajo colaborativo, elementos claves en la formación integral que promueve la UDES.

Para los próximos semestres, la iniciativa proyecta una ampliación de su alcance mediante una mayor articulación con proyectos de proyección social, el fortalecimiento de campañas institucionales sobre salud ambiental y Buen Vivir, y la puesta en marcha de ejercicios diagnósticos cualitativos.
Estos estudios permitirán conocer la percepción de la comunidad frente a temas como seguridad alimentaria y nutricional, salud laboral, sexualidad, convivencia, enfermedades transmisibles y no transmisibles, y salud mental.
La Universidad de Santander (UDES) se destaca nuevamente a nivel regional al obtener la tasa de empleabilidad más alta del nororiente colombiano (90,6%), de acuerdo con los resultados publicados por el Observatorio Laboral para la Educación (OLE) del Ministerio de Educación Nacional, correspondientes al año 2023.
El OLE consolida y analiza información sobre la trayectoria laboral de los graduados de educación superior en Colombia, a partir de fuentes externas oficiales.
Este sistema ofrece datos clave para apoyar la formulación de políticas públicas, fortalecer los procesos de autoevaluación institucional y garantizar la pertinencia de los programas académicos que ofrecen las Instituciones de Educación Superior (IES) del país.
El informe incluye el número total de graduados en programas de pregrado y posgrado por cada IES, el total de graduados cotizantes durante el año analizado y la tasa de cotización correspondiente. Asimismo, presenta la información desagregada por programa académico, tanto en el histórico general de graduados como en quienes obtuvieron su título un año antes de la medición.
Los resultados completos pueden consultarse aquí:
Este desempeño reafirma el compromiso institucional de la UDES con la formación de profesionales altamente cualificados y con programas académicos pertinentes que responden a las necesidades actuales del sector productivo y de la sociedad.
La creatividad está entrando en una nueva etapa: una donde la inteligencia artificial no compite con el talento humano, sino que lo impulsa a moverse más rápido. Con esa premisa, la Universidad de Santander (UDES) realizó el taller “La Era Post-Render”, organizado por el Programa de Mercadeo y Publicidad, en alianza con Tote_lab y Mimmers.
El encuentro permitió comprender, experimentar y anticiparse a la nueva frontera de la creación digital, reafirmando el compromiso institucional con la innovación académica y la formación de profesionales a la vanguardia del cambio tecnológico.
Desde el inicio quedó claro que dominar estas herramientas no se trata solo de aprender a usar un software, sino de algo más profundo: aprender a aprender. Así lo recalcó Nelson Vera, Director de Animación de MIMMER, al explicar que buena parte de los procesos creativos en su empresa nacen de la exploración personal, la búsqueda autónoma y la curiosidad permanente. “Las herramientas cambian tan rápido —advirtió— que quedarse solo con lo que enseña la universidad ya no es suficiente”.
Esa idea tomó fuerza cuando habló del uso de inteligencia artificial: quien sabe formular buenas preguntas (prompts) obtiene mejores resultados. No se trata de que la IA “haga todo”, sino de aportar criterio, precisión y claridad conceptual. “La IA no reemplaza la esencia humana”, enfatizó, “pero sí exige nuevas formas de pensar”.
Junto a él, Magdi Khalifah, CEO de MIMMER, mostró cómo la animación, el diseño y la producción digital están migrando hacia flujos de trabajo que combinan técnica, intuición y modelos generativos para acelerar procesos sin sacrificar calidad.
En este panorama, los roles tradicionales no desaparecen: se transforman, tal como ocurrió cuando los locutores de radio se convirtieron en podcasters o cuando surgieron oficios que hace una década parecían imposibles.
El taller dejó una conclusión compartida: en la era post-render, la creatividad se expande para quienes mantengan la curiosidad encendida y la disposición de aprender constantemente.
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